SAT intensifica la fiscalización electrónica con inteligencia artificial y análisis de datos

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha transformado radicalmente sus métodos de fiscalización mediante la implementación de tecnologías avanzadas como inteligencia artificial y análisis de datos masivos. 

Este nuevo enfoque permite al organismo detectar irregularidades con mayor rapidez, reducir las revisiones presenciales y aumentar significativamente la eficiencia en la recaudación tributaria. 

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha transformado radicalmente sus métodos de fiscalización mediante la implementación de tecnologías avanzadas como inteligencia artificial y análisis de datos masivos. 

La fiscalización electrónica, lejos de ser un proyecto futuro, se ha convertido en una realidad operativa que está impactando profundamente a contribuyentes de todos los sectores económicos.

Mecanismos de la fiscalización electrónica

Rafael Rubí, Partner in Charge Tijuana Office Grant Thornton, explicó durante el webinar SAT y fiscalización electrónica: lo que debes saber para evitar riesgos que el fisco desarrolló un sofisticado sistema que realiza cruces automatizados de información utilizando algoritmos de inteligencia artificial. 

Este sistema se alimenta de los datos que los propios contribuyentes reportan a través de diversos medios como la facturación electrónica (CFDI), declaraciones fiscales, balanzas contables e información proporcionada por terceros. 

El proceso de fiscalización se activa cuando el sistema detecta inconsistencias, como diferencias entre ingresos declarados y facturados, discrepancias en retenciones o errores en fechas de pago. 

Inicialmente, el SAT envía una carta invitación al buzón tributario del contribuyente para regularizar o aclarar lo detectado. 

Cuando estas comunicaciones no son atendidas o se responden de manera insatisfactoria, el proceso puede escalar a requerimientos formales, revisiones de gabinete y, en casos más graves, a la emisión de créditos fiscales con sus respectivas consecuencias como multas y recargos.

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Enfoque en sectores estratégicos

Rubí destacó que ciertos sectores económicos están recibiendo especial atención por parte de la autoridad fiscal. 

Las empresas con operaciones internacionales, particularmente las maquiladoras, las IMMEX y aquellas con certificaciones OEA o Prosec, se encuentran bajo un escrutinio más riguroso. 

Entre los principales aspectos que está revisando el fisco se encuentra el Anexo 24 relacionado con el control de inventarios, en el que el SAT está solicitando acceso directo a los sistemas de las empresas para verificar la congruencia entre los registros contables y las operaciones reales. Estas revisiones forman parte del Apartado C añadido a este anexo.

Otro punto relevante son los precios de transferencia, donde se está exigiendo documentación adicional para operaciones con partes relacionadas, incluso aquellas que van más allá del marco del Safe Harbor. 

Un aspecto crítico también es la materialidad de operaciones, en la que el SAT puede solicitar pruebas detalladas para comprobar que efectivamente se recibieron los servicios de los proveedores para poder acreditar esos gastos y deducirlos. 

El experto señaló que para comprobar la materialidad y dar paso a las deducciones, el fisco puede solicitar pruebas como contratos completos, evidencias fotográficas del antes y después del trabajo realizado y registros de entrada y salida del personal que brindó dichos servicios.

Impacto de una fiscalización mal gestionada

Las consecuencias de no atender adecuadamente las solicitudes por fiscalización electrónica pueden ser severas. 

En primer lugar, las empresas se exponen a la suspensión o incluso cancelación de sus sellos digitales, lo que paralizaría inmediatamente sus operaciones comerciales. 

Otro riesgo significativo es la cancelación de certificaciones clave, como IVA e IEPS o el padrón de importadores, lo que afectaría sus modelos de negocio. 

Las observaciones no contestadas en los plazos establecidos, que suelen ser de apenas 15 a 20 días, pueden derivar en créditos fiscales cuantiosos. 

Además, existe un componente reputacional importante, ya que el SAT clasifica internamente a los contribuyentes según su historial de cumplimiento, lo que afecta directamente los tiempos de devolución de impuestos y la frecuencia de futuras revisiones.

Estrategias para una gestión fiscal efectiva

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha transformado radicalmente sus métodos de fiscalización mediante la implementación de tecnologías avanzadas como inteligencia artificial y análisis de datos masivos. 

Frente a este nuevo escenario, Rafael Rubí compartió varias recomendaciones. La primera y más fundamental es mantener una contabilidad precisa y permanentemente actualizada, lo que incluye realizar conciliaciones mensuales entre los CFDI, las declaraciones fiscales y las balanzas contables, prestando especial atención a que fechas importantes como las de pago en nóminas coincidan exactamente con la realidad operativa. 

Otro aspecto es la atención inmediata y profesional a todas las notificaciones recibidas, revisando diariamente el buzón tributario y respondiendo siempre con documentación clara y completa, pero evitando incluir información de más que pueda generar más requerimientos por parte de la autoridad.

La materialidad de las operaciones representa otro pilar fundamental. Las empresas deben conservar meticulosamente todos los soportes documentales, desde contratos y órdenes de compra hasta registros detallados de visitas de proveedores, evitando especialmente aquellos gastos que carezcan de una justificación clara, particularmente en procesos sensibles como las devoluciones de IVA. 

El uso estratégico de la tecnología es otro elemento importante. La implementación de sistemas automatizados para la conciliación de CFDI y la validación exhaustiva de los archivos XML (no limitándose solo a la representación en PDF) pueden prevenir numerosas inconsistencias.

El futuro de la fiscalización y la tecnología

Rubí señaló la transformación que ha experimentado el SAT, evolucionando desde un organismo meramente operativo hacia una autoridad fiscal tecnológica y predictiva, con capacidad para detectar riesgos en tiempo real. 

En este nuevo contexto, la fiscalización electrónica, notablemente más económica y eficiente que los métodos tradicionales, ha llegado para establecerse como el estándar permanente. 

Frente a esta realidad, los contribuyentes deben adaptarse mediante un cumplimiento riguroso y el uso estratégico de tecnología. Para esto, te recomendamos dos de nuestras soluciones: el Conciliador de Nómina compara la información de tus CFDI de nómina con los timbrados en el SAT para detectar y corregir oportunamente inconsistencias que pudieran generarte contratiempos.

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